sábado, 1 de febrero de 2014

Autonomía en Niños con Síndrome de Asperger

Síndrome de Asperger

El síndrome de Asperger (SA) es un trastorno generalizado del desarrollo cerebral que hace que
 el niño perciba las situaciones cotidianas y su entorno de manera distinta a como lo aprecian
 los demás.
Una de las características del síndrome de Asperger es la poca tolerancia a la frustración, así como al
 cambio repentino de rutinas.
Los niños con síndrome de Asperger son seres excepcionales que entienden el mundo de una manera muy
 peculiar.
Como muchos, anhelan vivir en un lugar donde la justicia siempre reine y la amistad sea un valor que
 represente eterna lealtad.
El problema es que a veces no se percatan de que ese lugar está muy alejado de la realidad.
Tampoco conciben las malas intenciones de la gente o las injusticias; su inocencia no permite
 intuirlas. Debido a esto cuando se enfrentan al ambiente real suelen ser blanco de bromas constantes.
Aún así, siempre abogan por la verdad, son directos al hablar y utilizan palabras muy pomposas o
 rebuscadas, propias de los adultos.
Además, frases como “hay miradas que matan” o “se lo tragó la tierra” son difíciles de entender debido a 
que sus interpretaciones de metáforas, analogías e incluso de simples frases suelen ser literales.
Los niños con síndrome de Asperger tambien son capaces de aceptar los cambios pero lo hacen de
 una manera más lenta que la considerada normal. Además, conforme vayan creciendo esas rutinas 
específicas se podrán negociar.
No tan diferentes
¿A quién no le ha ocurrido que se ha apasionado tanto por un tema que no puede dejar de hablar de él?
Algo similar les sucede a las personas con síndrome de Asperger, la diferencia es que estas desarrollan ese 
interés por una materia en específico a lo largo de su vida, sin cambiarlo y convirtiéndolo algunas veces en
 una obsesión.
Aquí está la importancia de realizar un diagnóstico temprano del síndrome. Cuando la detección se da a una 
corta edad, el tratamiento y los procesos de modificación de conducta se aplicarán más sencillamente que si
 se detecta en la adolescencia.
Estudios médicos afirman que existe una predisposición genética con uno de los padres, generalmente el 
hombre, aunque también puede influir su aparición si se tienen parientes cercanos con autismo.
Los tres síntomas característicos del Asperger se comienzan a percibir luego de los dos años, cuando los 
chicos tienen dificultad para integrarse y comunicarse con los demás, y tienden a apegarse a las rutinas,
 detalla la especialista.
Pero la mayor dificultad la viven cuando pasan de la escuela al liceo, Muchas veces son el blanco de burlas o
 críticas de sus compañeros, lo que los hace darse cuenta de sus limitaciones para relacionarse con ellos. “Se
 los cataloga de excéntricos cuando en realidad tienen una discapacidad social y lo que pasa que como no es 
una discapacidad visible, es más difícil percibirla”.
5 a 1 Proporción de varones en relación a mujeres que padecen síndrome de Asperger. Aparece en 20 a 40 
personas por cada 10.000.
Sugerencias para los padres
Los padres de niños con síndrome de Asperger suelen tener bastante dificultad para resolver las actividades
 diarias de sus hijos. Los expertos resaltan la importancia de mantener la calma y no querer 
resolver todos los problemas de una vez.
Hay que tratar de mantener un contacto visual con el niño para que mire a los padres a los ojos. Para eso,
 las órdenes deben ser concisas y claras. Una vez que eso se logre, es importante que se realicen comentarios
 positivos (no críticos) que gratifiquen el comportamiento.
No se debe utilizar jamás el castigo de forma sistemática. Conviene no olvidar que el niño siempre tend
 más interés en hacer lo que se le pide si obtiene luego algún privilegio a cambio de su esfuerzo.
Otra alternativa es ignorar lo que el niño hace, no mirando ni haciendo comentarios hasta que el 
comportamiento ceda. Sin embargo, hay actitudes que no se pueden ignorar por el riesgo que comportan, 
y por lo tanto, en ese caso lo mejor será pararlos físicamente y potenciar una conducta alternativa.   Es 
importante que los adultos se marquen objetivos realistas y se adapten a las posibilidades y limitaciones de 
los chicos.
Siempre es preferible mantener una buena organización en el ambiente. Los chicos que padecen el 
síndrome no tienen mucha movilidad física y suelen llevarse por delante muebles u objetos. Se los debe 
ayudar a reconocer los espacios cuando éstos estén en orden.
Hay que facilitar la adquisición de sus hábitos de autonomía, entrenándoles en la resolución de pequeñas 
tareas domésticas, como ayudar a servir la mesa, atarse solo los cordones de los zapatos, y ordenar sus 
juguetes y libros.
Para lograr independencia
Difícilmente las personas con Asperger puedan realizar carreras profesionales de más de tres o cuatro años, 
pero sí pueden lograr adquirir perfectamente un buen nivel de autonomía: pueden trabajar, casarse y tener 
hijos.
Para eso sólo hay que tratar de diagnosticar el síndrome lo antes posible, algo bastante complejo según las 
especialistas, ya que se deben realizar varios estudios médicos, psiquiátricos y psicológicos previos, lo que 
muchas veces no se hace. No por negligencia, sino por falta de información.
Ante la evidencia de los primeros síntomas las madres suelen llevar al pequeño al pediatra, cuando ellos no 
tienen las herramientas necesarias para diagnosticar el mal el problema es que cuanto más tiempo se deja 
pasar, el niño puede correr riesgos de aislarse más y deprimirse, por lo que es necesario un diagnostico 
certero a temprana edad.





























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