lunes, 31 de marzo de 2014

Nuevas evidencias en la eficacia de la Integración Sensorial en el Autismo


Los investigadores del Instituto Farber de Neurociencias de Filadelfia publicaron un estudio(1) destinado a evaluar la eficacia de la Integración Sensorial en el autismo, en el cual se demostró que los niños que recibieron terapia de Integración Sensorial mejoraron más que aquellos que no la recibieron. Este es un nuevo trabajo destinado a fortalecer la evidencia de la importancia que la Integración Sensorial tiene en la intervención de niños con Trastornos del Espectro del Autismo. No debemos olvidar que validar este tipo de intervención es siempre muy complejo, y aunque desde la práctica diaria ya se venía afirmando desde hace algunos años la validez, es básico el poder dar una constancia medida basada en una metodología que pueda ser replicable. Así funciona la ciencia.
Sabemos que uno de los déficits en el autismo está ligado al Trastorno del Procesamiento Sensorial, y este aspecto incluye: Alteraciones auditivas (Niños que no soportan determinados sonidos); táctiles (No se dejan tocar o abrazar, o no soportan la ropa o los zapatos); visuales(Visión focal o mala coordinación oculo manual) ; de gusto y tacto bucal (Desordenes de alimentación); olores (Hiper o Hipo sensibilidad ante determinados olores); y, en suma, todo aquello relacionado con nuestros sentidos. Obviamente no en todos los niños se presentarán los mismos ni con la misma intensidad, pero existir existen, según diferentes autores este trastorno se encuentra entre el 45 y el 96% de los niños con TEA. Es por tanto importante que se integren adecuadamente en los planes de atención temprana este tipo de intervención ya que en combinación con el resto de terapias aumentan y aceleran de forma susceptible los avances del niño o niña con TEA.
Este estudio evaluó una intervención para el déficit sensorial en 32 niños con autismo con edades entre los 4 y 8 años, utilizando un diseño de ensayo aleatorio. El resultado del estudio fue que los niños que recibieron la Terapia de Integración Sensorial, mejoraron más que los niños que no la recibieron. Aumentaron la puntuación sobre logos y consecuciones en aspectos tales como: Necesidades individuales; Aumento de conductas funcionales, requiriendo menos atención en actividades tales como el autocuidado o actividades sociales; mejoras en las habilidades de modulación y de praxis sensoriales (capacidad de concebir, planificar y organizar acciones motoras dirigidas a un objetivo).
Aunque según comentan los propios autores, es importante poder replicar el estudio y aumentar la muestra para aumentar la fortaleza de las conclusiones, lo que estos estudios y otros previos están poniendo de manifiesto es, lo que ya en la práctica diaria se observa, que los desordenes sensoriales afectan negativamente en la calidad de vida de la personas, y que disminuir el impacto de este desorden mejora incluso el trabajo de los otros terapeutas que trabajan con el niño. El ser humano es un ser sensorial, obviar este principio es no abordar de forma adecuada la intervención del niño con TEA. Disponer de herramientas que nos ayuden a estandarizar las intervenciones es básico y fundamental.
Bibliografía:
  1. Roseann C. Schaaf et al – An Intervention for Sensory Difficulties in Children with Autism: A Randomized Trial -Journal of Autism and Developmental Disorders 201310.1007/s10803-013-1983-8
Para saber más pueden visitar la web de la Asociación Española de Integración Sensorial








sábado, 29 de marzo de 2014

SÍNDROME DE ASPERGER



Descripción
El Síndrome de Asperger se caracteriza por una alteración grave de la interacción social y por patrones de comportamiento restrictivos y repetitivos, pero con conservación del desarrollo del lenguaje y del cognoscitivo y de las habilidades de autonomía, comportamientos adaptativos ni curiosidad en la infancia. A menudo se considera una forma de autismo de alto funcionamiento.

Es un trastorno del desarrollo cerebral que fue observado y descrito por primera vez por Hans Asperger, un médico austriaco, cuyo trabajo fue traducido al resto del mundo en los años 80.
Características del niño con Síndrome de Asperger

El niño que padece de Asperger tiene un aspecto externo normal, suele ser inteligente y no tiene retraso en la adquisición del habla. Sin embargo, presenta problemas para relacionarse con los demás niños o adultos y, en ocasiones, presentan comportamientos inadecuados. Además, su lenguaje normalmente sólo se ve alterada cuando es utilizada con fines comunicativos.

Suelen fijar su atención hacia un tema concreto, de manera obsesiva muchas veces, por lo que no es extraño que aprendan a leer por sí solos a una edad muy precoz, si ese es el área de su atención. Un niño con este síndrome también se encontrará afectado, de manera variable, en sus conexiones y habilidades sociales, y en el comportamiento con rasgos repetitivos y una limitada gama de intereses.

Presentarán muchos hechos acerca del asunto de su interés, pero parecerá que no hay ningún punto o conclusión. Con frecuencia, no reconocen que la otra persona ha perdido interés en el tema. Las áreas de interés pueden ser bastante limitadas, como una obsesión con los horarios de los trenes, directorios telefónicos, un aspirador o colecciones de objetos. 

Tienen una comprensión muy ingenua de las situaciones sociales, y no suelen transformarlas en su propio beneficio. La mala adaptación que presentan en contextos sociales es fruto de un mal entendimiento y de la confusión que les crea la exigencia de las relaciones interpersonales. A pesar de sus dificultades, los niños que padecen de ese trastorno son nobles, poseen un gran corazón, una bondad sin límites, son fieles, sinceros y poseen un sinfín de valores que podemos descubrir con tan sólo mirar un poquito en su interior. 


Los niños con el síndrome de Asperger pueden mostrar retrasos en el desarrollo motor y comportamientos físicos inusuales como:

- Retardo en ser capaz de montar en bicicleta, agarrar una pelota o trepar un equipo de juego.
- Torpeza al caminar o realizar otras actividades. 
- Comportamientos repetitivos en los cuales algunas veces se lesionan. 
- Aleteo repetitivo con los dedos, contorsionarse o movimientos de todo el cuerpo. 

Síntomas generales

Las personas con Síndrome de Asperger se vuelven demasiado concentradas u obsesionadas con un solo objeto o tema, ignorando todos los otros. Quieren saber todo sobre este tema y, con frecuencia, hablan poco de otra cosa. No se aíslan del mundo de la manera como las personas con autismo lo hacen. Con frecuencia se acercarán a otras personas. Sin embargo, sus problemas con el habla y el lenguaje en un escenario social a menudo llevan al aislamiento. 

- Su lenguaje corporal puede ser nulo.
- Pueden hablar en un tono monótono y pueden no reaccionar a los comentarios o emociones de otras personas.
- Pueden no entender el sarcasmo o el humor, o pueden tomar una metáfora literalmente.
- No reconocen la necesidad de cambiar el volumen de su voz en escenarios diferentes.
- Tienen problemas con el contacto visual, las expresiones faciales, las posturas del cuerpo o los gestos (comunicación no verbal).
- Pueden ser estigmatizados por otros niños como "raros" o "extraños." 

Las personas con el síndrome de Asperger tienen problemas para formar relaciones con niños de su misma edad u otros adultos, debido a que:

- Son incapaces de responder emocionalmente en interacciones sociales normales. 
- No son flexibles respecto a rutinas o rituales. 
- Tienen dificultad para mostrar, traer o señalar objetos de interés a otras personas. 
- No expresan placer por la felicidad de otras personas. 

Trastornos asociados

La mayoría de los afectados son de inteligencia normal, pero suelen ser marcadamente torpes desde el punto de vista motor.

Prevalencia

Se considera que el Síndrome de Asperger afecta de 3 a 7 por cada 1000 niños, entre 7 y 16 años de edad. Las cifras no son exactas, pero se reconoce que es un trastorno que afecta más frecuentemente a los niños que a las niñas. 

Curso e Inicio

Su inicio es posterior al del Trastorno Autista o al menos reconocido después. Los retrasos motores pueden observarse en el período preescolar, y los déficit de la interacción social en la etapa escolar. Aparentemente el curso es continuo a lo largo de toda la vida en la mayoría de los casos.

Patrón Familiar

Existe un componente genético relacionado con uno de los padres. Con cierta frecuencia es el padre el que presenta un cuadro de síndrome de Asperger. En ocasiones, hay una clara historia de autismo en parientes próximos. El cuadro clínico que se presenta está influenciado por muchos factores, incluido el factor genético, pero en la mayoría de los casos no hay una causa única identificable.

Diagnóstico

La distinción con el Trastorno Autista se establece porque en el de Asperger se mantiene normal el desarrollo del lenguaje. Se diferencia del Trastorno de Rett por el patrón sexual de éste, el inicio y el patrón de déficits. La discriminación con el Trastorno Desintegrativo Infantil se realiza por el desarrollo normal del lenguaje y las habilidades adaptativas. En el Trastorno Obsesivo-Compulsivo la alteración de la interacción social es diferente y el patrón de intereses restrictivos y repetitivos es más acusado en el Trastorno Asperger. El Trastorno Esquizoide de la Personalidad presenta una menor afectación de la Interacción social y de los comportamientos repetitivos e intereses restrictivos que el Trastorno Asperger.

No hay un examen estandarizado (usado y aceptado por casi todos) empleado para diagnosticar el síndrome de Asperger.


La mayoría de los médicos busca un grupo básico de comportamientos que les ayude a diagnosticar el síndrome de Asperger. Estos comportamientos abarcan:

- Contacto ocular anormal
- Retraimiento
- No voltearse al ser llamado por el nombre
- Incapacidad para usar gestos para apuntar o mostrar
- Falta de juego interactivo
- Falta de interés en los compañeros

Los síntomas pueden ser notorios en los primeros meses de vida. Los problemas deben ser obvios hacia la edad de 3 años.

Se hacen exámenes físicos, emocionales y cognitivos para descartar otras causas y buscar signos de este síndrome con mayor cuidado. El equipo que verá a su hijo abarca un psicólogo, neurólogo, psiquiatra, logopeda y otros profesionales expertos en el diagnóstico de niños con el síndrome de Asperger.

Tratamiento

No existe ningún tratamiento único que sea el mejor para todos los niños con el síndrome de Asperger. La mayoría de los expertos piensa que cuanto más temprano se inicie el tratamiento, mejor.

Los programas para los niños con síndrome de Asperger enseñan habilidades basándose en una serie de pasos simples y empleando actividades altamente estructuradas. Las tareas o puntos importantes se repiten con el tiempo para ayudar a reforzar ciertos comportamientos.

Los tipos de programas pueden abarcar:

- Terapia cognitiva o psicoterapia para ayudar a los niños a manejar sus emociones, comportamientos repetitivos y obsesiones.
- Capacitación para los padres con el fin de enseñarles técnicas que pueden usarse en casa.
- Fisioterapia y terapia ocupacional para ayudar con las destrezas motoras y los problemas sensoriales.
- Entrenamiento en contactos sociales, que con frecuencia se enseña en un grupo.
- Logopedia y terapia del lenguaje para ayudar con la habilidad de la conversación cotidiana.


Los medicamentos como los inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS), los antipsicóticos y los estimulantes se pueden usar para tratar problemas como ansiedad, depresión y agresión.

Pronóstico

Con tratamiento, muchos niños y sus familias pueden aprender a enfrentar los problemas del síndrome de Asperger. La interacción social y las relaciones personales todavía pueden ser un problema. Sin embargo, muchos adultos se desempeñan con éxito en trabajos tradicionales y pueden tener una vida independiente, si tienen el tipo de apoyo apropiado disponible.