jueves, 26 de noviembre de 2015

¿Por qué los niños con autismo tienen problemas para hablar?








 
Autor: Daniel Comin
La comunicación, los aspectos sensoriales, problemas de conducta, la reciprocidad social, la inflexibilidad y la rigidez, son quizá los factores más determinantes en el diagnóstico del autismo. Aunque quizá los que más angustia a las familias que reciben el diagnósticos sea: ¿Cuándo hablará mi hijo? y ¿cuándo tendrá un compartimiento “normal”? Y es que comunicación y conducta son quizá los aspectos más visibles en un primer momento. No obstante, la no comunicación genera muchos de los problemas de conducta, y a su vez una gran frustración en el niño y la familia.
Los aspectos relativos al lenguaje han sido ya abordados en diversas ocasiones en Autismo Diario, además abarcando diversas perspectivas. Aquí vamos a intentar abordar los principales problemas para el desarrollo de la comunicación.

¿Realmente pueden hablar todas las personas con autismo?

Bien, hasta hace relativamente poco se pensaba que no, hoy sabemos que esto no es así. En la actualidad se estima que entre un 20 y un 30% de personas con autismo no desarrollarán un lenguaje verbal, aunque cada vez vemos como más adolescentes, jóvenes y adultos que no hablaban, hoy sabemos que en algunos casos sí desarrollan este lenguaje verbal cuando han tenido una intervención adecuada a sus necesidades, incluso de forma muy tardía. Pero debemos ser muy prudentes, ya que seguimos teniendo muy poca experiencia en este campo y de momento poca referencia científica. Nuevas metodologías en el desarrollo de la comunicación y el lenguaje están dando sus frutos.
Quizá tener fe en las capacidades de las personas con autismo sea fundamental, y es que no podemos olvidar tampoco que se ligó mucho el “no desarrollo del lenguaje” con problemas de “discapacidad intelectual”. En el artículo “El desarrollo del lenguaje y la inteligencia en el Autismo” abordamos este tema de forma específica. Y tampoco debemos olvidar que comunicación no siempre implica lenguaje, o que una persona que tenga una adquisición tardía de lenguaje, no significa que luego pueda dar una conferencia magna en las Naciones Unidas, pero sí que tenga un lenguaje funcional y una comprensión del mismo que mejore su calidad de vida.
En Autismo Diario proponemos la visión de que, de una forma u otra, todos deben poder hablar o comunicarse y no definimos a las personas con autismo que no tienen lenguaje como no verbales, sino como pre-verbales. Ya que salvo problemas realmente específicos o que afecten seriamente a su capacidad de verbalización, si no todos, sí creemos que casi todas las personas con autismo pueden verbalizar de forma correcta y funcional.

Pero, ¿cuándo aprenden a hablar los niños?

Según la investigadora Patricia Kuhl, profesora de Lenguaje y de Ciencias de la Audición y co-directora del Institute for Brain and Learning Sciences en la Universidad de Washington, un bebé es capaz de reconocer el idioma materno a partir del sexto mes de vida.  Según la investigadora, los niños son auténticos genios aprendiendo idiomas hasta los 7 años de edad. Ellos crean patrones y estadísticas que generan los mapas lingüísticos que el niño va a desarrollar posteriormente en el uso del lenguaje.
Pero en el estudio llevaron a cabo una prueba, sometieron a niños norteamericanos a sesiones con una mujer que les hablaba en chino, de forma que llegó un momento en que los bebés adoptaron los sonidos del chino como propios. Hicieron lo mismo con otro grupo de niños, pero a este segundo grupo, en vez de tener a una persona real, les pusieron una televisión. Curiosamente el grupo de niños al que les pusieron una TV no generó esas estadísticas y patrones. Se requiere del impacto social para elaborar las estadísticas de un nuevo idioma en bebés. Y eso, está alterado precisamente en el autismo.
Pero otro aspecto muy destacable es el referido precisamente al idioma materno, sabemos que la prosodia de los niños con autismo que adquirieron el lenguaje de forma tardía es muy similar. Por ejemplo, un niño de una región determinada, cuyos padres, terapeutas y entorno social, hablan todos con el acento de esa región, no impactan en el acento del niño. Es común ver a niños que tienen un acento neutro, por ejemplo, en España, da igual si el niño es de Sevilla, Galicia, Canarias o Valencia, todos los que adquieren el lenguaje de forma tardía parecen tener el mismo acento, mucho más cercano al de la televisión, a ese español neutro. Este aspecto lo he visto también en México, Colombia y Ecuador. Donde incluso muchos niños utilizan expresiones de España, ya que mucho del software que se usa está desarrollado en España y obviamente se usan los modismos locales. Uno de los problemas que se suelen dar en Latinoamérica es con la palabra coger, que en España se usa para definir -agarrar algo- y que en el continente americano tiene una connotación sexual. Es decir, al contrario que sucedía con los niños del estudio de Patricia Kuhl, a los niños con autismo parece impactarles más la televisión o los programas o vídeos que ven en Internet o en su tablet.
El déficit social sumado a otros aspectos parece ser una de las causas que motivan los problemas de comunicación de muchos niños con autismo.
Otro investigador, el Dr. Edward Tronick, realizó un experimento relacionado con el reconocimiento facial de las emociones y bebés, el vídeo (en inglés), nos muestra un sencillo experimento de cómo un bebé interactúa con su madre, y como ante una no respuesta por parte de ella el bebé reacciona. Bien esto parece no darse tampoco en el autismo. De forma que nuevamente vemos como los aspectos sociales impactan de forma directa.

Trastorno del Procesamiento Sensorial

Foto: Stefan Edinger
Foto: Stefan Edinger
Los problemas sensoriales en el autismo son ya una realidad con una gran cantidad de estudios que vienen a reafirmar esta situación, desde los aspectos relacionados con la hiper o hiposensibilidad, problemas de procesamiento auditivo, problemas de procesamiento visual (¡Ojo!, esto no implica que tengan una mala audición o visión, sino que la información no se procesa adecuadamente, oyen y ven bien), problemas vestibulares y propioceptivos, problemas motrices,….
Esta larga lista de desordenes, afectan directamente a los procesos de adquisición y desarrollo del lenguaje.
También hemos visto como los problemas de procesamiento auditivo impactan en la comprensión del lenguaje, y por tanto altera la comunicación.
Sabemos que estos problemas sensoriales afectan directamente en el procesamiento del lenguaje que oyen los niños. En otro artículo vimos como otro estudio evaluó a una serie de niños y entre otras conclusiones afirmaron lo siguiente: Los niños sin autismo o con mejor pronóstico presentaron mayor actividad en la región parietal temporal izquierda (relacionada con el habla). Los niños con mayor déficit, presentaron una respuesta sobre el hemisferio derecho. Las diferencias encontradas entre lado derecho e izquierdo son importantes, y estas nos hablan de un déficit en el procesamiento auditivo y procesos cognitivos relacionados con el lenguaje. Pero otro estudio de Russo, Zecker, Trommer, Chen, y Kraus (2009), utilizando potenciales evocados, mostraron cómo el procesamiento auditivo de los niños con alto funcionamiento en un ambiente tranquilo es idéntica a la de los niños con desarrollo neurotípico en un ambiente ruidoso. Es decir, los aspectos auditivos comprenden otro de los factores en las dificultades del desarrollo verbal.
Tanto los estudios de Yirmiya et al. (2006) como los de Brisson et al. (2011) apoyan la hipótesis de que el riesgo para el autismo se asocia con una alteración vocal-motora y de coordinación a los 4 meses de edad, y que esto tiene importancia para el posterior desarrollo de comportamientos lingüísticos y pre-lingüísticos.
Trabajar los desordenes sensoriales es algo muy importante, es por eso que disponer de acceso a Terapeutas Ocupacionales con especialización en integración sensorial es básico.
Uno de los comportamientos tempranos relacionados con el desarrollo motórico se encuentra en las asociaciones con el desarrollo del lenguaje, la coordinación vocal-motora y facial-motora que surge durante las interacción cara a cara en la primera mitad del primer año de vida (Iverson y Fagan, 2004 ) . Durante este tiempo, los bebés comienzan a participar en las rutinas de la actividad motora vocales y faciales coordinados (como vocalizaciones recíprocas, imitación de la apertura de la boca, las expresiones faciales positivas/negativas, y la mirada), tanto con familiares como con desconocidos. Esta sincronía motórica refleja la coordinación interpersonal de la escucha y la producción de la actividad vocal-motora, que puede considerarse precursora del desarrollo de la pragmática de temporización y de la interacción interpersonal durante la conversación (Colonna et al., 2012 ). La evidencia existente sugiere que la naturaleza y el grado de esta coordinación infantil temprana y puesta a punto de la actividad motora con otros predice el desarrollo socio-emocional y cognitivo posterior en bebés con desarrollo normal (Feldman et al., 1996 ).
Tanto lo

Apoyos Visuales

Foto: Tamás Varjú
Foto: Tamás Varjú
Sin comunicación no hay aprendizaje, esto es una obviedad, pero en el caso de los niños con autismo, además, debemos tener en consideración una serie de aspectos que influyen en el mal desarrollo de la comunicación, o incluso en el no desarrollo de la comunicación, y mucho menos del lenguaje. Hoy sabemos que el uso de apoyos visuales es básico y fundamental para acelerar, mejorar y alentar el desarrollo del lenguaje, y sin embargo, siguen existiendo personas que piensan -muy equivocadamente- lo contrario. Hay gente que piensa que el uso de apoyos visuales los convierte en cómodos y que no hablarán, cuando es precisamente lo contrario. La diferencia entre usar o no apoyos visuales puede significar grandes diferencias en cuanto avances. Pero el problema es ¿y quién nos enseña a usar adecuadamente los apoyos visuales? Porque si los usamos de forma inadecuada quizá no obtengamos los resultados que esperamos.
Y es que disponer de una buena herramienta sin saber usarla de forma correcta puede generar el efecto contrario a esperado. Es muy importante saber adaptar los apoyos visuales a las necesidades de cada persona. En algunas ocasiones he visto murales gigantescos llenos de pictogramas, que más parecían un muro de la cripta de una pirámide egipcia que un panel de comunicación. Y en otras justo lo contrario, apenas algunos pictogramas sueltos que no acaban dando ningún tipo de información válida o contextual. Este mal uso genera realmente más confusión que otra cosa.
Debe extenderse el uso de materiales de calidad, orientados a las necesidades de cada persona, y esto debe extenderse a todo el contexto vital, desde la casa al colegio. Y de la misma forma que cuando un hijo tiene diabetes, nos convertimos en especialistas en niveles de azúcar, alimentación equilibrada, etc,…, debemos hacerlo con al uso de los apoyos visuales. Al igual que a la realización de historias sociales.
El uso de los apoyos visuales va a mejorar la comprensión del niño y lo va a preparar para la lectoescritura, un paso fundamental en la adquisición y/o mejora de las capacidades lingüísticas y verbales del niño.

Lectoescritura

La adquisición de la lectoescritura es un proceso fundamental en una mejoría de la comprensión verbal. Se aprenden las estructuras gramaticales del lenguaje, se mejoran los aspectos semánticos y pragmáticos del lenguaje, y en suma, se dispara la comprensión del niño. O no tan niño, ya que ya tenemos reportes de jóvenes que aprendieron a leer y escribir con 18 años, y a continuación empezaron a mejorar su comprensión.
Normalmente se desarrolla primero el lenguaje y posteriormente la lectoescritura. Sin embargo diversos especialistas están haciendo lo contrario, potenciando la lectoescritura para posteriormente desarrollar el lenguaje. Esto no significa que deba ser así siempre, pero si deja patente que hacerlo al revés también es viable. En un reciente artículo que publicamos aquí, un equipo de investigadores de la University of Alabama at Birmingham puso en marcha un proyecto tremendamente interesante y con resultados tremendamente esperanzadores. Usaron el desarrollo de la comprensión lectora en un grupo de chicos con autismo, y los resultados son altamente esperanzadores, ya que usando técnicas de neuroimagen, vieron como tras el trabajo de lectura, la conectividad cerebral en las áreas comprometidas con el lenguaje aumentó. En conjunto, estos resultados apoyan el uso de la intervención especializada para niños con TEA para potenciar sus habilidades de aprendizaje de orden superior, y se suman a la creciente evidencia de la plasticidad de los jóvenes cerebros de los niños con TEA.

Corolario

Foto: Erik Dungan
Foto: Erik Dungan
La comunicación es fundamental, sea esta verbal o no. Dar a la persona con autismo una vía válida y funcional de comunicación va a evitar innumerables problemas de conducta, a reducir sus estados de ansiedad, ayudará a regular mejor y antes los estados emocionales, en resumen, mejorará su calidad de vida y sus capacidades de vivir en sociedad de forma plena.
La ciencia cada día nos aporta más y más datos sobre los orígenes y causas de estos problemas en el desarrollo de la comunicación y de los desordenes sensoriales, ya en su día publicamos interesantes estudios que venían a dar pistas muy importantes sobre qué funciona de forma indebida en el cerebro.
Es básico el uso de apoyos visuales, pero si éstos no son llevados a cabo de forma correcta, quizá nos frustremos por no obtener los resultados esperados. Bien usados y combinados con historias sociales, los resultados son excelentes. Es también muy importante destacar los problemas sensoriomotrices, los cuales afectan negativamente en el desarrollo del lenguaje y de la comprensión verbal. Y de igual forma la gran relevancia que tiene la adquisición de habilidades de lectoescritura.
Es por tanto vital que los profesionales puedan trabajar desde estas perspectivas que tan buenos resultados están dando a nivel internacional, vemos como logopedas o fonoaudiólogos, psicólogos, neurospicólogos, terapeutas ocupacionales, psicopedagogos, especialistas en audición y lenguaje, educadores y docentes, y resto de especialistas, y por supuesto siempre en conjunción con las familias, tomen conciencia de que las capacidades del desarrollo de la comunicación están ahí. Que incluso en casos donde existe epilepsia (siempre una mala compañera de viaje), es posible un desarrollo adecuado de la comunicación. Y esto es básico y fundamental para mejorar la calidad de vida de la persona y de su familia.

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